Este mensaje del famoso juez Calatayud se ha hecho viral en su blog de Ideal.
A veces, una simple cita logra capturar todo lo que sentimos o vivimos en un momento determinado, y frases así pueden describir la realidad de manera sorprendentemente precisa. Eso es lo que logró Emilio Calatayud, Juez de Menores de Granada, al plasmar una sensación en palabras que se volvieron virales el mes pasado en redes sociales y foros de Internet.
Fue en su blog sonde publicó el comentario viral: «Veo en la televisión que no hay manera de encontrar mecánicos de coches en España. En cambio, observo que nos sobran tontos. Los hay patadas. Otro oficio que también tiene mucho tirón es el de influencer. Pero no hay mecánicos de coche. Yo creo que hace falta un poco de equilibrio. O que nos pasemos todos a la bicicleta.»
Calatayud es famoso por sus sentencias educativas y ejemplares, que buscan no sólo castigar, sino también educar y reinsertar a los menores infractores. Algunas de sus sentencias incluyen trabajos comunitarios y actividades en lugar de penas de privación de libertad. Además, es autor de varios libros y mantiene un blog y una página de Facebook donde comparte sus reflexiones sobre la educación y la justicia juvenil.
Falta de mecánicos
La realidad es que sí, faltan mecánicos en España, se lleva anunciando desde hace tiempo que los talleres de automoción buscan talento, con mujeres y migrantes en la mira ante la falta de jóvenes especializados. Recientemente, un comunicado de EFE volvió a encender las alarmas: el sector de la reparación de vehículos en España estima que necesita incorporar más de 15.000 nuevos profesionales para poder satisfacer la creciente demanda de sus servicios.
Las reacciones en redes sociales al comentario del juez Calatayud fueron diversas. En su mayoría consideran acertadas sus palabras, entendiendo que la falta de interés por la mecánica o automoción se basa principalmente en los salarios. Otros señalan que son muchas las variables que influyen en que los jóvenes no opten por estos oficios.
Profesionales de la automoción destacan que la formación profesional no está adaptada al vertiginoso avance de la tecnología, lo que aprendes hoy deja de ser útil en seis meses. Esta volatilidad tecnológica obliga a una formación continua, que resulta costosa tanto en términos de dinero como de tiempo, afectando al empresario. Además, los salarios ofrecidos son muy bajos para el nivel de exigencia, posiblemente como consecuencia de este constante esfuerzo de actualización. A esto se suma la excesiva presión sobre toda la cadena de reparación, con tiempos insufribles impuestos por marcas y otros baremos externos, especialmente en el ámbito de la pintura. En general, las instalaciones no están bien adaptadas a los cambios de temperatura, lo que resulta en condiciones extremas: mucho frío en invierno y calor intenso en verano, especialmente en el sur. Los técnicos, por su parte, han perdido parte de su creatividad, ya que los procesos de reparación están guiados por equipos de diagnóstico que parecen sacados del infierno. Además, el cambio de mentalidad de las nuevas generaciones, motivado principalmente por la falta de incentivos económicos, les lleva a elegir otras profesiones, entre ellas influencer.
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